No se si debiera...

Miles de españoles indignados con la sentencia del juicio de Marta del Castillo, pero ¿realmente es indignación la palabra? Sé que debería estar haciendo otro tipo de entrada en el blog quizá sobre exclusión social o sobre la pobreza, en definitiva, sobre intervención, pero no soy capaz, hoy no.

Tendemos a culpabilizar al juez de esta “vergüenza de sentencia” sin tener en cuenta que realmente éste se limita a aplicar la ley y que quizá el no esté conforme con su propia decisión, incluso yo misma he pensado hace unos minutos que los títulos de juez los rifaban en la tómbola, pero  son las leyes las que realmente hacen que esta justicia española sea “injusta”. Se ha producido en twitter un bombardeo de quejas hacia la resolución de este caso, alentando o intentando alentar a la familia de la víctima, me ha parecido escuchar ¿que se le pagara una indemnización a la familia?, no termino de entender el porqué se tiende a poner precio a la vida de las personas y tampoco la necesidad de esta incertidumbre de no saber en qué lugar se encuentra el cuerpo de la niña, como dijo una amiga “si no hay cuerpo, no hay crimen”, quizá el cuerpo no aparezca por el simple hecho de que esconde más de lo que todos creemos.

Millones de tweets afirmando que si Miguel Carcaño y sus compinches vivieran en otro país los “hincharían a hostias”, “molerían a palos” y así les sacarían la información, realmente si te comportas como ellos terminas bajando a su nivel e incluso debemos pensar que aunque “tu vecino sea un hijo de Puta” (con perdón) tú no tienes por qué serlo, deberíamos pretender llegar al fondo del asunto e investigar al acusado para encontrar las posible causa o las posibles causas de su comportamiento. Sí, lo sé, no hay ninguna causa con suficiente peso para matar a alguien, obviamente se trata de una acción que “está mal”, pero hay que pensar si es conveniente castigar o reeducar porque en ocasiones el castigo no siempre consigue eliminar las acciones no deseables.