El liberalismo y el positivismo son dos corrientes filosóficas que han tenido gran influencia en la desadaptación social de las sociedades occidentales dando lugar a dos formas distintas de abordar el tema con “La Escuela Clásica”, cuya idea general se basa en que la culpabilidad de la desadaptación se encuentra en el individuo y “La Escuela Positiva”.
Con la “Escuela clásica” en el siglo XVIII y basada en los pensamientos de la ilustración (libre albedrío, hedonismo, racionalidad) destacando autores como Feuerbach y Bentham, se introducen una serie de ideas como retribución (en función del delito cometido se debe reponer el daño, sobre todo si es económico), disuasión (el castigo que se aplica a una persona debe servirle de escarmiento a el y al resto de la sociedad) y la idea de castigo para los que alteren el orden social establecido. La “Escuela Positiva”, en el siglo XIX con representantes como Lombroso y Ferri, la idea clave es el determinismo y se afirma que el hombre es bueno por naturaleza y es el medio el que lo corrompe (determinismo sociológico) cuestiona este hecho y pretende la rehabilitación de los individuos desadaptados y tiene cierta influencia del determinismo biológico (el ser humano se adaptará o no en función de sus rasgos), piensa que el hombre no es un ser libre de actuar porque está condicionado por el ambiente y su propia naturaleza Más adelante surge “La Escuela Crítica” en el siglo XX surge al no compartir ideales ni con el liberalismo ni con el positivismo y afirmando que ni el castigo ni la rehabilitación son efectivos si no se produce un cambio en las estructuras sociales.
Varios autores coinciden distinguiendo cuatro fases a la hora de hablar de la respuesta social: fase represiva (internaban a los desadaptados ya que se pensaba que era la solución más eficaz), de beneficencia (se daba ayuda a través de la lismona lo que creaba dependencia y no permitía la autonomía de los sujetos a los que se ayudaba), terapéutica (predomina el tratamiento de los problemas sociales y personales de la persona con la que se trabaja a través del internamiento), de trabajo de caso (surge ya la intervención y se ve al hombre junto con todo lo que le rodea, destacando aquí Mary Richmond) y crítica o de trabajo comunitario (se intenta cambiar tanto al individuo como a la sociedad). El trabajo de caso (detección, observación, diagnóstico e intervención) predominó en la primera mitad del siglo XX. En la década de los 50 se va pasando del trabajo de casos a la intervención comunitaria predominando hasta la década de los 80 que giró nuevamente hacia posturas represivas y penalistas.
Según Geandreau los educadores tienen diferentes imágenes de los sujetos con los que trabajan:
- - Victima impotente a causa del medio familiar y social.
- - Desorganizador de entornos.
- - Sujeto que produce sentimientos en los demás (desprecio, pena, etc)
- - Objeto de profesión
Teorías de aprendizaje social, existen dos mecanismos importantes de aprendizaje: comportamientos según los beneficios o prejuicios que se deriven de sus actos, observación de modelos.
Perspectiva funcionalista, a mi entender esta perspectiva “pone etiquetas” sobre lo que está bien y lo que está mal, cuál es el comportamiento correcto y cuál no, lo que no me resulta muy lógico o verídico ya que ¿Quiénes somos nosotros para juzgar qué es lo bueno y qué lo malo?
Perspectiva interpretativa, se refiere a una lógica causalista y a una lógica finalista, es decir, las causas y las consecuencias, los porqué y los para qué. Estos son los mecanismos, que según esta perspectiva, actúan en la explicación de las conductas inadaptadas (reacción social y significación, explicaciones y atribuciones: la explicación tiende a dar cuenta del porqué y del cómo de tal suceso y la atribución tiende a sancionar. Hay que tener en cuenta que en la función de atribución intervienen prejuicios, estereotipos, etc y la reacción social y los procesos de definición de la conducta).
Perspectiva social, se dice que la sociedad es la culpable de los fenómenos de la inadaptación. Aquí entra en juego el fenómeno de la marginación, donde podemos diferenciar dos tipos: la marginación voluntaria y la exclusión social. En el primer caso el individuo no acepta las normas impuestas por la mayoría y se aísla geográficamente, mientras que en el segundo caso debe entenderse como una falte de los objetos sociales o unos derechos individuales.
Entra en vigor también en esta perspectiva el término de pobreza.
Perspectiva legal ante los fenómenos de inadaptación social, esta perspectiva afirma que se deben buscar soluciones de tipo legal para combatir la inadaptación social. Existen dos tipos de de inadaptación que se corresponden con las dos facultades o competencias de los Tribunales de Menores: las desadaptaciones familiares (menores sometidos a facultad protectora por malos tratos, abandono familiar, etc) y las conductas antisociales propias del menor (menores sometidos a facultad reformadora).
Particularmente no me posiciono ni con la ideología liberalista ni con la ideología positivista, simplemente soy consciente de que conforme van pasando los siglos y la humanidad evoluciona algunos pensamientos se van perdiendo para dar paso a otros que se creen mejores que los anteriores, lo que me hace pensar que dentro de varios siglos posiblemente las dinámicas que se lleven a cabo para combatir la desadaptación social sean mucho más eficaces que las que existen actualmente y quién sabe, quizá algún día se consiga la adaptación total de todos los individuos en la sociedad, aunque soy consciente de que es algo bastante complicado y que conllevaría mucho trabajo y esfuerzo.
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